Hola, soy José Luis, coach en técnicas de conciencia emocional. Hoy quiero compartir contigo tres cosas que comencé a hacer cuando decidí dejar de sufrir después de una dolorosa ruptura amorosa. Si te sientes identificado con alguno de estos aspectos, te animo a seguir leyendo, también si lo deseas, puedes contactarme para orientarte un poco más. Recuerda que no existe una fórmula mágica para sanar, pero tu decisión de dejar de sufrir es el primer paso crucial.
1. Encontrar un anclaje en el presente
En mi propio viaje hacia la sanación, experimenté una tormenta de pensamientos oscuros y negativos, de autodestrucción, ansiedad, depresión y enojo que me atormentaban constantemente y estuvieron presentes durante aproximadamente 1 año después de la ruptura. Me di cuenta de que estos pensamientos surgían cuando mi mente volvía al pasado, reviviendo el dolor y la tristeza. Para romper este ciclo, necesitaba encontrar algo que me hiciera regresar a mi momento presente.
Comencé a ejercitarme, y descubrí un aliado en este proceso. A veces, lo hacía mientras las lágrimas caían, pero me ayudaba a anclarme al momento presente y evitar volver a ese lugar de sufrimiento. Esta práctica constante me permitió recuperar el control sobre mis pensamientos y emociones.
Recuerda que no podemos cambiar la realidad ni lo que ha sucedido en el pasado, pero sí podemos decidir cómo enfrentamos nuestra realidad en este momento presente.
2. Dejar de buscar culpables, mejor encontrar lecciones
Uno de los errores comunes después de una ruptura es buscar un culpable, ya sea nuestra expareja o nosotros mismos. En ocasiones nos sentimos culpables por lo que sucedió y a menudo nos auto castigamos por ello. Sin embargo, es esencial cambiar este enfoque de culpabilidad y castigo hacia la oportunidad de aprendizaje.
Comprender que cada experiencia que vivimos, incluso las más dolorosas, pueden enseñarnos algo valioso, y así entender que cada una de estas experiencias, son un paso importante en el proceso de sanación. En lugar de culparnos, es ideal identificar las lecciones que nos ayuden a crecer como personas. Esta perspectiva nos permite liberarnos del peso de la culpa y avanzar hacia la curación.
3. Encontrar tu fuerza interior
En momentos de profundo sufrimiento, a menudo somos más conscientes de nuestra necesidad de apoyo y guía. Muchos de nosotros recurrimos a la espiritualidad o a esa fuerza superior en busca de consuelo y dirección. Independientemente de cómo la llames o cómo la entiendas, concebir esa fuerza superior en nuestro interior hace más fácil levantarte cada día y seguir adelante y esto es fundamental en pro de nuestra sanación, ya que te permite continuar a pesar del dolor que estes sintiendo.
Reconocerla y abrazarla es una parte esencial en nuestro proceso. En mi caso, la presencia de Dios desempeñó un papel importante en mi recuperación, pues fue mi fuente de fortaleza y determinación.
En conclusión, sanar después de una ruptura amorosa, es un proceso personal y único para cada individuo. En lo personal, el ejercicio como anclaje en el presente, cambiar mi enfoque de culpabilidad a aprendizaje y conectarme con la fuerza superior dentro de mí, fueron cruciales en mi proceso de recuperación, y ahora sé que la sanación es posible, pero es tu decisión de dejar de sufrir. Ese es el primer paso hacia un futuro emocionalmente más saludable y feliz. Si te sientes identificado con estos aspectos, no dudes en contactarme para obtener apoyo en tu propio viaje de sanación.